NIC 36: Prácticas recomendadas para la comprobación del deterioro del valor

NIC 36
NIC 36: Cómo aplicar la prueba de deterioro, identificar UGEs y asegurar una valoración precisa de los activos en los estados financieros.

La NIC 36 establece el marco contable internacional para la comprobación del deterioro del valor de los activos, garantizando que ningún activo permanezca registrado por encima de su valor recuperable. Su importancia va más allá del cumplimiento técnico: protege la integridad de la información financiera y guía decisiones estratégicas sobre la gestión del valor de los activos.

En los últimos años, las pérdidas por deterioro han cobrado protagonismo, especialmente en sectores expuestos a disrupciones tecnológicas, volatilidad del mercado o procesos de recuperación económica. Una evaluación inadecuada del deterioro puede derivar en errores materiales en los estados financieros, sanciones regulatorias y pérdida de confianza de los inversores. Este artículo ofrece una guía práctica y profunda para aplicar la NIC 36 con eficacia. Exploraremos conceptos fundamentales como valor recuperable, unidad generadora de efectivo (UGE), valor de uso y valor razonable neto de gastos de venta. También abordaremos la identificación de indicadores de deterioro, el tratamiento del fondo de comercio y las mejores prácticas para garantizar el cumplimiento normativo y la transparencia contable.

Comprensión de la NIC 36

La NIC 36 es la norma contable internacional que regula el deterioro del valor de los activos. Su objetivo es asegurar que los activos no estén registrados en los estados financieros por un importe superior a su valor recuperable.

El valor recuperable se define como el mayor entre el valor razonable neto de gastos de venta y el valor de uso. Si el importe en libros de un activo supera este valor, se considera deteriorado y debe reconocerse una pérdida por deterioro.

Esta norma se aplica a una amplia gama de activos no financieros, incluyendo propiedades, planta y equipo, activos inmateriales, fondo de comercio y activos por derecho de uso. No obstante, excluye ciertos activos como inventarios, activos por impuestos diferidos y activos financieros dentro del alcance de la NIIF 9, los cuales están regulados por otras normas específicas.

La NIC 36 también exige la realización de pruebas de deterioro anuales para el fondo de comercio y los activos inmateriales con vida útil indefinida, incluso en ausencia de indicadores de deterioro. Esto garantiza una evaluación periódica del valor económico real de los activos clave.

La aplicación coherente de la NIC 36 es fundamental para una información financiera transparente y conforme con los marcos contables internacionales. Requiere juicio profesional, especialmente en la identificación de unidades generadoras de efectivo y en la estimación de flujos de efectivo futuros bajo escenarios inciertos.

Alcance y objetivos

La NIC 36 se aplica a todos los activos no financieros susceptibles de experimentar deterioro. Esto incluye activos tangibles como edificios, maquinaria y equipos, así como activos inmateriales como marcas, licencias, software y fondo de comercio.

También se aplica a inversiones en subsidiarias, negocios conjuntos y asociadas cuando se contabilizan en estados financieros separados.

Quedan excluidos del alcance de la NIC 36 los inventarios, activos por impuestos diferidos, beneficios a empleados y activos financieros dentro del alcance de la NIIF 9, ya que estos están regulados por otras normas específicas.

El objetivo principal de la NIC 36 es evitar la sobrevaloración de los activos en los estados financieros. Para ello, las entidades deben evaluar, en cada fecha de reporte, si existen indicadores de deterioro.

Si los hay, se debe estimar el valor recuperable del activo y compararlo con su importe en libros.

Cuando el importe en libros supera el valor recuperable, se reconoce una pérdida por deterioro.

En el caso de ciertos activos, como el fondo de comercio o los activos inmateriales con vida útil indefinida, la norma exige una comprobación anual, independientemente de si existen o no indicadores.

La NIC 36 promueve la disciplina financiera al exigir que el valor contable de los activos refleje su valor económico real.

Ofrece un marco uniforme para identificar, medir y divulgar pérdidas por deterioro, fortaleciendo la calidad de la información contable y la toma de decisiones.

Definiciones clave

Para aplicar correctamente la NIC 36, es esencial comprender ciertos términos técnicos que forman la base del proceso de deterioro del valor. Estas definiciones permiten una aplicación coherente de la norma en distintos tipos de activos y sectores.

El importe en libros es el valor por el cual un activo está reconocido en el estado de situación financiera, después de deducir la amortización acumulada, la depreciación y cualquier pérdida por deterioro previamente reconocida. Este es el valor base para comparación.

El valor recuperable es el mayor entre el valor razonable neto de gastos de venta y el valor de uso. Representa la máxima cantidad que se espera recuperar del activo, ya sea por venta o por su uso continuado.

El valor razonable neto de gastos de venta es el precio que se obtendría por vender un activo en una transacción ordenada entre participantes del mercado, menos los costos directamente atribuibles a la venta. Este valor se basa en datos observables del mercado y no en proyecciones internas.

El valor de uso es el valor presente de los flujos de efectivo futuros estimados que se espera obtener del uso continuo del activo y de su disposición al final de su vida útil. Refleja estimaciones internas de la entidad, basadas en proyecciones financieras razonables y justificables.

Una unidad generadora de efectivo (UGE) es el grupo más pequeño de activos que genera entradas de efectivo que son en gran parte independientes de las entradas de otros activos o grupos. Es fundamental para evaluar activos que no generan flujos por sí solos.

Estas definiciones son el punto de partida para la aplicación técnica de la NIC 36. Influyen directamente en decisiones clave como la elección del método de valoración, la determinación del deterioro y la asignación de pérdidas entre activos dentro de una UGE.

Indicadores de deterioro

La NIC 36 exige que las entidades evalúen, en cada fecha de reporte, si existen indicios de que un activo pueda estar deteriorado. Estos indicadores de deterioro son señales clave que desencadenan la necesidad de estimar el valor recuperable del activo o de la UGE correspondiente.

Indicadores externos

  • Caída significativa en el valor de mercado del activo, más allá de lo que se esperaría por su uso o antigüedad
  • Cambios adversos importantes en el entorno económico, legal, tecnológico o del mercado
  • Aumento en las tasas de interés del mercado, lo cual reduce el valor presente de los flujos futuros
  • Situaciones en las que el valor en libros de los activos netos excede el valor de mercado de la entidad

Indicadores internos

  • Evidencia de obsolescencia física o daño en el activo
  • Cambios significativos en la forma en que se utiliza el activo o en su función dentro de la operación
  • Información interna que indica que el rendimiento económico del activo es, o será, inferior al esperado
  • En el caso de inversiones en subsidiarias, asociadas o negocios conjuntos, evidencia de que la inversión podría no ser recuperable

La presencia de uno o más de estos indicadores requiere que se realice una prueba de deterioro mediante la estimación del valor recuperable.

Sin embargo, la ausencia de estos indicios no exime de la obligación de realizar pruebas anuales para el fondo de comercio y los activos inmateriales con vida útil indefinida.

El monitoreo sistemático de los indicadores de deterioro, con participación de múltiples áreas como finanzas, operaciones y planificación estratégica, es fundamental para garantizar una evaluación oportuna y fiable del valor de los activos.

Proceso de comprobación del deterioro

La NIC 36 establece un proceso estructurado para llevar a cabo la comprobación del deterioro.

Este procedimiento garantiza que los activos estén correctamente valorados en los estados financieros y que cualquier pérdida por deterioro se reconozca de forma oportuna y documentada.

Paso 1: Identificación de activos a comprobar

Los activos deben someterse a prueba de deterioro cuando:

  • Existen indicadores de deterioro en la fecha de reporte
  • Se trata de fondo de comercio, activos inmateriales con vida útil indefinida o activos inmateriales aún no disponibles para su uso (prueba anual obligatoria)

Paso 2: Determinar el nivel de prueba

Se debe evaluar si el activo genera flujos de efectivo de forma independiente. Si no es así, debe agruparse en una unidad generadora de efectivo (UGE) y la comprobación se realiza a ese nivel.

Paso 3: Calcular el importe en libros

El importe en libros corresponde al valor contable del activo o de la UGE, incluyendo:

  • Coste de adquisición
  • Menos la depreciación o amortización acumulada
  • Menos pérdidas por deterioro previamente reconocidas

Paso 4: Estimar el valor recuperable

Se estima el mayor entre:

  • Valor razonable neto de gastos de venta
  • Valor de uso

Si este valor supera el importe en libros, no se reconoce deterioro.

Paso 5: Comparar y reconocer la pérdida

Si el valor recuperable es menor que el importe en libros:

  • Se reconoce una pérdida por deterioro en el estado de resultados
  • Si se trata de una UGE, la pérdida se asigna primero al fondo de comercio y luego al resto de activos, de forma proporcional

Paso 6: Documentar y divulgar

Se debe dejar constancia completa de:

  • Supuestos clave utilizados
  • Tasas de descuento aplicadas
  • Justificación de la metodología y de la identificación de las UGEs
  • Criterios de asignación y razonamiento técnico

Toda pérdida por deterioro y su reversión deben divulgarse en los estados financieros, conforme a los requisitos de la NIC 36.

Identificación de unidades generadoras de efectivo (UGE)

Uno de los aspectos más críticos de la NIC 36 es definir adecuadamente el nivel al que se realiza la comprobación del deterioro.

Cuando los activos no generan flujos de efectivo de forma independiente, deben agruparse en una unidad generadora de efectivo (UGE), es decir, el grupo más pequeño de activos que genera entradas de efectivo en gran medida independientes de otros activos o grupos.

¿Qué define una UGE?

Una UGE no se define únicamente por la estructura legal o por líneas de negocio. Debe reflejar cómo la gerencia evalúa el rendimiento y toma decisiones operativas.

Factores clave para su determinación:

  • Si los flujos de efectivo del activo son independientes o están interrelacionados con otros
  • Cómo se organizan las operaciones internamente para efectos de control de gestión
  • Si existen mercados activos para los productos o servicios generados por los activos

Ejemplos prácticos

  • Una cadena de tiendas minoristas puede considerar cada tienda como una UGE si opera de forma autónoma en términos financieros
  • Una planta industrial cuyos procesos están integrados con otras fábricas puede formar parte de una UGE más amplia
  • En una empresa de software, una línea de productos que genera ingresos propios podría constituir una UGE independiente

Dificultades comunes en la identificación

Definir correctamente las UGEs requiere juicio profesional, sobre todo cuando:

  • Los activos comparten funciones o infraestructura
  • Las operaciones están centralizadas o interdependientes
  • Existen sinergias entre distintas unidades de negocio

La consistencia en la identificación de las UGEs a lo largo del tiempo es fundamental. Cualquier cambio debe estar respaldado por una reestructuración organizativa significativa o una modificación en la forma en que se gestiona el negocio.

Factores a considerar al identificar las UGEs

Determinar correctamente los límites de una unidad generadora de efectivo (UGE) requiere un análisis que combine criterios contables con la realidad operativa de la entidad. La NIC 36 permite cierto grado de flexibilidad, pero exige coherencia y justificación clara.

Estructura operativa y de gestión

La forma en que la dirección monitorea las operaciones es uno de los principales elementos a considerar. Preguntas clave incluyen:

  • ¿Se realiza el seguimiento financiero por línea de producto, región geográfica o tipo de servicio?
  • ¿Cada unidad tiene autonomía operativa o está integrada con otras?
  • ¿Cómo se asignan los presupuestos y objetivos de desempeño?

La UGE debe reflejar el nivel en que se evalúa el rendimiento interno y se toman decisiones estratégicas.

Interdependencia de los flujos de efectivo

Cuando los flujos de efectivo de un activo dependen en gran medida de otros activos, estos deben agruparse en la misma UGE. La alta interdependencia impide una evaluación individual.

Ejemplos típicos:

  • Una planta especializada que produce exclusivamente para otra unidad del grupo
  • Un centro logístico que da soporte a múltiples divisiones
  • Infraestructura tecnológica compartida entre distintas líneas de negocio

Consideraciones de mercado

La existencia de un mercado activo para los productos o servicios de un activo puede justificar su valoración independiente como UGE. Si no existe tal mercado, o si el activo opera como parte de una solución integrada, la agrupación será necesaria.

Coherencia a lo largo del tiempo

Una vez definidas, las UGEs deben mantenerse estables. Los cambios en su estructura solo se justifican ante:

  • Adquisiciones o fusiones
  • Reorganización interna significativa
  • Cambios sustanciales en la forma de gestionar el negocio

La documentación clara de los criterios utilizados para definir las UGEs mejora la trazabilidad del proceso, facilita la revisión por auditores y fortalece la confiabilidad de las pruebas de deterioro.

Asignación y prueba del fondo de comercio

El fondo de comercio no genera flujos de efectivo de manera independiente. Por esta razón, debe asignarse a una o más unidades generadoras de efectivo (UGEs) o grupos de UGEs que se espera se beneficien de las sinergias derivadas de una combinación de negocios.

Asignación del fondo de comercio a las UGEs

En el momento de una adquisición, el fondo de comercio debe asignarse a las UGEs que, según la dirección, obtendrán beneficios de la transacción. Esta asignación debe realizarse al nivel más bajo al que el fondo de comercio sea monitoreado internamente, y no puede superar el nivel de un segmento operativo conforme a la NIIF 8.

Factores clave a considerar en la asignación:

  • Sinergias esperadas entre la entidad adquirida y las operaciones existentes
  • Planificación estratégica y alineación con las estructuras operativas
  • Nivel interno de seguimiento del rendimiento de la inversión

Si no es posible asignar el fondo de comercio de manera no arbitraria a UGEs individuales, debe evaluarse a un nivel superior: el grupo de UGEs al que esté relacionado.

Obligación de prueba anual

La NIC 36 exige que el fondo de comercio se someta a prueba de deterioro al menos una vez al año, independientemente de la existencia de indicadores. Esta prueba debe realizarse con consistencia año tras año y puede efectuarse en cualquier momento del ejercicio contable.

La prueba anual incluye:

  • Determinar el importe en libros de la UGE, incluyendo el fondo de comercio asignado
  • Estimar el valor recuperable de dicha UGE
  • Reconocer una pérdida por deterioro si el importe en libros supera el valor recuperable

Reasignación del fondo de comercio

Cuando una reorganización modifica la composición de las UGEs, el fondo de comercio debe reasignarse utilizando un enfoque de valor relativo. Esto implica distribuir el fondo de comercio entre las nuevas UGEs en proporción a sus valores razonables.

Situaciones que requieren reasignación:

  • Venta de negocios o unidades
  • Fusión de segmentos operativos
  • Cambios significativos en la supervisión interna o estructura gerencial

Una asignación y seguimiento adecuados del fondo de comercio son esenciales para garantizar pruebas de deterioro consistentes, auditables y conformes con la normativa contable internacional.

Determinación del valor recuperable

El valor recuperable es el eje central del proceso de comprobación del deterioro según la NIC 36. Se define como el mayor entre el valor razonable neto de gastos de venta y el valor de uso.

Determinar este valor con precisión es fundamental para asegurar una valoración adecuada de los activos y evitar sobrevaloraciones contables.

Valor razonable neto de gastos de venta

Corresponde al importe que se obtendría por vender un activo o UGE en una transacción ordenada entre participantes del mercado, menos los costos directamente atribuibles a la venta.

Aspectos clave:

  • Basado en supuestos de mercado, no en proyecciones internas de la entidad
  • Puede determinarse mediante precios observables o modelos de valoración
  • Los costos de venta incluyen honorarios legales, comisiones, impuestos por transferencia y gastos de desmontaje

Este enfoque es preferible cuando existe un mercado activo para el activo o cuando la entidad considera su venta.

Valor de uso

El valor de uso representa el valor presente de los flujos de efectivo futuros esperados por el uso continuado del activo o UGE y su disposición al final de su vida útil.

Para calcularlo, se requiere:

  • Elaborar proyecciones de flujos de efectivo basadas en presupuestos aprobados
  • Limitar el horizonte a cinco años, salvo justificación razonable para extenderlo
  • Estimar un valor terminal con una tasa de crecimiento estable o decreciente
  • Excluir flujos relacionados con reestructuraciones futuras no comprometidas o mejoras no iniciadas

Las proyecciones deben estar bien fundamentadas, con supuestos razonables y consistentes con las condiciones actuales del mercado.

Tasa de descuento

La tasa de descuento utilizada en el cálculo del valor de uso debe:

  • Ser una tasa previa a impuestos
  • Reflejar las evaluaciones del mercado sobre el valor del dinero en el tiempo
  • Incorporar riesgos específicos del activo, en la medida en que no estén reflejados en los flujos

Una práctica común es partir del costo promedio ponderado de capital (WACC) ajustado por riesgos particulares del activo o la UGE.

Es fundamental documentar la metodología y los insumos utilizados, dado que pequeñas variaciones en la tasa pueden tener un impacto significativo en el resultado de la prueba. La elección entre estos dos métodos se analiza en detalle en la siguiente sección.

Valor razonable neto de gastos de venta

El valor razonable neto de gastos de venta representa el importe que una entidad obtendría por vender un activo o una UGE en una transacción ordenada con participantes del mercado, descontando los costos directamente atribuibles a dicha venta.

Métodos para determinar el valor razonable

La elección del método depende de la disponibilidad de información de mercado y del tipo de activo. Los enfoques más utilizados incluyen:

  • Enfoque de mercado: utiliza precios cotizados en mercados activos para activos idénticos o similares. Es el método más fiable cuando existen datos comparables.
  • Enfoque de ingresos: convierte los flujos de efectivo futuros esperados en un valor presente mediante técnicas de descuento. Es útil cuando no hay precios observables, pero los ingresos pueden estimarse con razonable certeza.
  • Enfoque de costos: estima el costo de reposición del activo, ajustado por depreciación. Se aplica frecuentemente a activos especializados o sin mercado activo.

Estos métodos deben aplicarse conforme a los principios de la NIIF 13 sobre medición del valor razonable, basándose en supuestos de mercado y no en perspectivas internas de la entidad.

Ejemplos de costos de venta

Los gastos de venta deben ser incrementales y directamente relacionados con la transacción. Pueden incluir:

  • Honorarios legales y de asesoría
  • Impuestos por transferencia o tasas gubernamentales
  • Comisiones de corretaje o intermediación
  • Costos de desmontaje y preparación del activo para su venta

No deben incluirse:

  • Gastos generales administrativos
  • Costos de reestructuración posterior a la venta
  • Mejoras no comprometidas que no sean condición para la venta

El valor neto obtenido tras deducir estos costos representa una estimación objetiva del valor que el mercado está dispuesto a pagar. Este enfoque es especialmente relevante cuando se evalúa la venta de activos o cuando existen comparables sólidos en el mercado.

Elección entre valor razonable neto y valor de uso

La NIC 36 permite a las entidades estimar el valor recuperable utilizando el mayor entre el valor razonable neto de gastos de venta y el valor de uso.

No es obligatorio calcular ambos. Si uno de los valores supera el importe en libros del activo, no hay deterioro y no es necesario determinar el otro.

Criterios para elegir el método

La elección entre los dos enfoques debe basarse en la naturaleza del activo, la disponibilidad de datos fiables y el propósito estratégico dentro de la entidad.

Casos en los que se prefiere el valor razonable neto:

  • Existe un mercado activo y observable para el activo o unidad
  • El activo está destinado a la venta o se está evaluando su desinversión
  • Hay evidencia clara de precios de mercado comparables

Casos en los que se utiliza el valor de uso:

  • El activo genera valor por sinergias internas o beneficios estratégicos
  • No hay referencias de mercado fiables
  • La entidad tiene la intención de seguir utilizando el activo a largo plazo
  • El activo está integrado en operaciones complejas o especializadas

Ejemplos prácticos

  • Una tienda minorista individual con datos de mercado puede valorarse por su valor razonable neto
  • Una planta industrial con equipamiento específico puede requerir el uso del valor de uso por falta de mercado comparable
  • Plataformas tecnológicas o marcas con valor interno suelen ser evaluadas mediante flujos de efectivo descontados

Importancia de la documentación

La elección del método debe estar debidamente documentada. Es necesario:

  • Justificar la elección con base en hechos y datos disponibles
  • Alinear la metodología con la estrategia de la entidad
  • Mantener consistencia a lo largo del tiempo salvo cambios operativos significativos

La correcta elección del enfoque tiene un impacto directo en los estados financieros, y debe ser defendible ante auditores, reguladores y partes interesadas.

Prácticas recomendadas

Aplicar correctamente la NIC 36 requiere más que cumplir con una obligación normativa. Implica establecer un proceso estructurado, con controles adecuados, que permita evaluar los activos de forma precisa, consistente y alineada con la estrategia financiera de la organización.

Establecer un marco de comprobación robusto

  • Definir responsabilidades claras entre finanzas, operaciones y dirección
  • Crear un calendario anual que vincule la prueba de deterioro con el cierre contable
  • Utilizar plantillas estandarizadas para documentar UGEs, supuestos y resultados

Un marco bien definido minimiza errores y asegura trazabilidad en auditorías.

Fortalecer las proyecciones de flujos de efectivo

  • Basar las proyecciones en presupuestos actualizados y aprobados
  • Usar supuestos razonables, con evidencia de respaldo
  • Limitar el horizonte de proyección a cinco años, salvo justificación técnica
  • Incluir un valor terminal realista con tasas de crecimiento coherentes

Proyecciones bien fundamentadas son esenciales para el valor de uso y la credibilidad del proceso.

Documentar todos los supuestos y juicios

  • Registrar las tasas de descuento, márgenes esperados, tasas de crecimiento y otros parámetros críticos
  • Justificar cada supuesto con fuentes externas, datos históricos o análisis sectorial
  • Mantener expedientes de soporte completos para revisión interna y externa

Una documentación rigurosa reduce el riesgo de observaciones en auditorías.

Aplicar metodologías consistentes

  • Mantener criterios estables en la identificación de UGEs y en los métodos de valoración
  • Revisar periódicamente los enfoques utilizados frente a cambios en el entorno económico
  • Asegurar la coherencia entre ejercicios, salvo eventos justificables

La consistencia es clave para garantizar comparabilidad y credibilidad.

Realizar análisis de sensibilidad

  • Evaluar cómo afectan al valor recuperable los cambios en variables clave
  • Enfocar en tasas de descuento, márgenes operativos y tasas de crecimiento
  • Desarrollar escenarios alternativos (base, optimista, pesimista) en entornos inciertos

El análisis de sensibilidad permite anticipar riesgos y tomar decisiones con mayor solidez.

Involucrar a los auditores desde etapas tempranas

  • Compartir la metodología y los juicios clave antes del cierre del ejercicio
  • Discutir supuestos críticos y criterios de segmentación
  • Alinear los requisitos de revelación según la NIC 36 desde el inicio del proceso

Esto evita ajustes de último momento y fortalece la calidad del cierre contable.

Adoptar estas prácticas convierte la prueba de deterioro en una herramienta estratégica de gestión de activos, más allá de una exigencia contable.

Cómo CPCON apoya a las organizaciones en el cumplimiento de la NIC 36

Aplicar correctamente la NIC 36 implica combinar precisión técnica con visión estratégica sobre el valor y desempeño de los activos.

CPCON ofrece un acompañamiento especializado para ayudar a las empresas a cumplir con esta norma de forma eficiente, coherente y alineada con las mejores prácticas internacionales.

Valoración estratégica y análisis de recuperabilidad

CPCON proporciona servicios completos de valoración de activos, fundamentales para determinar el valor recuperable conforme a la NIC 36. Nuestro enfoque incluye:

  • Evaluación del valor razonable en base a supuestos de mercado
  • Modelos de flujo de caja personalizados para el cálculo del valor de uso
  • Validación de tasas de descuento según perfiles de riesgo y condiciones del sector

Estas soluciones fortalecen la base técnica del proceso y aportan confiabilidad ante auditores y reguladores.

Identificación y estructuración de UGEs

Trabajamos junto a los equipos financieros y operativos para definir unidades generadoras de efectivo que reflejen fielmente la lógica operativa y contable de la empresa. Nuestro apoyo incluye:

  • Mapeo funcional de activos y flujos de efectivo
  • Definición de UGEs alineadas con la estructura de gestión interna
  • Documentación justificativa para revisión interna y auditoría externa

Esto permite pruebas de deterioro más precisas y fácilmente defendibles.

Control documental y preparación para auditorías

CPCON ayuda a las organizaciones a implementar políticas, plantillas y estándares que faciliten el cumplimiento documental. Proveemos:

  • Herramientas para documentar indicadores, modelos y supuestos clave
  • Asistencia en análisis de sensibilidad y validación de criterios técnicos
  • Capacitación y orientación para los equipos involucrados en el proceso

Nuestro enfoque permite pruebas trazables, auditables y conformes con los requerimientos normativos.

Integración con la gestión patrimonial global

Más allá de la NIC 36, CPCON integra la prueba de deterioro en una visión amplia de control y gestión de activos. Nuestras soluciones complementan procesos como:

  • Inventario físico de activos y conciliación contable
  • Seguimiento de depreciación y amortización acumulada
  • Planificación de inversiones, desinversiones y reestructuraciones

CPCON combina experiencia normativa con conocimiento operativo, posicionándose como un aliado estratégico para empresas que buscan maximizar el valor de sus activos y asegurar el cumplimiento contable con solidez técnica.

Conclusión

La NIC 36 es una norma esencial para garantizar que los activos reflejen su valor económico real en los estados financieros. Su correcta aplicación requiere juicio profesional, coordinación entre áreas, documentación rigurosa y metodologías consistentes.

Más allá del cumplimiento contable, la comprobación del deterioro brinda una oportunidad para revisar el desempeño de los activos, anticipar riesgos financieros y tomar decisiones estratégicas con mayor información.

Al adoptar buenas prácticas, mantener procesos estructurados y apoyarse en expertos como CPCON, las organizaciones pueden fortalecer la calidad de sus informes financieros y mejorar su capacidad de respuesta ante auditorías, inversores y entornos cambiantes.

¿Listo para fortalecer su estrategia de cumplimiento con la NIC 36?

Con CPCON como aliado, convierta la prueba de deterioro en una ventaja estratégica para su gestión contable y financiera.

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Qué es la NIC 36 y cuál es su objetivo principal?

Es la norma internacional que regula la comprobación del deterioro del valor de los activos no financieros. Su objetivo es evitar que los activos estén sobrevalorados en los estados financieros.

¿Cómo se determina el valor recuperable de un activo?

El valor recuperable es el mayor entre el valor razonable neto de gastos de venta y el valor de uso. Solo uno de los dos debe calcularse si ya muestra que no hay deterioro.

¿Cuándo se requiere realizar la prueba de deterioro?

Cuando existen indicadores de deterioro o, en el caso del fondo de comercio y activos intangibles con vida útil indefinida, al menos una vez al año, sin necesidad de indicios.

¿Qué se considera un indicador de deterioro?

Pueden ser factores externos como caídas en el valor de mercado o cambios legales, y factores internos como obsolescencia, daño físico o bajo rendimiento económico.

¿Se puede revertir una pérdida por deterioro?

Sí, excepto en el caso del fondo de comercio. Si las condiciones mejoran y el valor recuperable aumenta, puede revertirse parte o la totalidad de la pérdida registrada anteriormente.

¿Cuál es el mayor desafío en la aplicación de la NIC 36?

Definir correctamente las UGEs, proyectar flujos de efectivo realistas y seleccionar tasas de descuento apropiadas son los aspectos más complejos y sensibles del proceso.

¿Cómo puede ayudar CPCON con la NIC 36?

CPCON ofrece soporte integral en valoración de activos, definición de UGEs, modelado financiero, documentación para auditoría y alineación con las mejores prácticas contables internacionales.

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