Su nivel óptimo de producción empieza a descender, sin poder cumplir con las metas de su capacidad instalada de operación por día; la maquinaria de producción comienza a tener fallas constantes y propician el atraso de las metas normales diarias. Se decide realizar el cambio de algunos equipos de esa maquinaria, ya sea por obsoletos o por avances considerables en actualizaciones tecnológicas de equipo de producción existente en el mercado o que pertenecen a los competidores. Sin embargo, para una renovación óptima y acertada, es necesario realizar una prueba de deterioro a cada equipo, evaluando los factores internos y externos que están provocando su decadencia.
Digamos que después de la revisión exhaustiva que se realizó a esos activos de maquinaria, se encontró vida óptima de producción aún; entonces es necesario realizar un cálculo de valor recuperable, debiendo determinar la manera en que desea realizar esa recuperación; bien puede ser a través de la venta o aprovechar el tiempo restante de operatividad óptima que le queda al activo antes de perder esa cualidad que lo mantendría competente, aplicando así la Norma Internacional de Contabilidad (NIC) 36.
El control de deterioro de los activos de una empresa es un tema que a menudo se pasa por alto, pero es esencial para la salud financiera a largo plazo de una empresa. Los activos son una parte vital del balance de una empresa, y su valor debe ser monitoreado y protegido cuidadosamente para garantizar la rentabilidad y la sostenibilidad a largo plazo.
La conciencia del control de deterioro de los activos se refiere al proceso de monitoreo y evaluación de los activos de una empresa para identificar cualquier posible disminución en su valor. El deterioro de los activos puede ocurrir por varias razones, como cambios en las condiciones del mercado, el uso prolongado de un activo o avances tecnológicos que hacen que un activo sea obsoleto.
Además, las empresas deben ser conscientes de los cambios en el mercado y en la tecnología que puedan afectar el valor de sus activos y ajustar sus políticas y procedimientos en consecuencia. Por ejemplo, si se espera que un activo se vuelva obsoleto en el futuro cercano, la empresa debe ajustar su valor en consecuencia y considerar la posibilidad de reemplazar el activo por uno nuevo y más moderno.
La falta de control de deterioro de los activos de una empresa puede tener varias consecuencias negativas para su salud financiera a largo plazo, entre las cuales se incluyen:
- Sobrestimación del valor de los activos: Si una empresa no realiza evaluaciones periódicas de sus activos para identificar posibles disminuciones en su valor, es posible que sobrestime el valor de los mismos en su balance. Esto puede llevar a decisiones financieras equivocadas y afectar negativamente la rentabilidad y la sostenibilidad a largo plazo de la empresa.
- Pérdida de rentabilidad: Si los activos de una empresa se devalúan sin que se detecte, esto puede afectar negativamente la rentabilidad de la empresa. Por ejemplo, si una empresa tiene activos que están generando menos ingresos de los que se esperaban debido a su devaluación, esto puede afectar la rentabilidad de la empresa a largo plazo.
- Dificultades para obtener financiamiento: Si los inversores o los prestamistas perciben que una empresa no está realizando evaluaciones periódicas de sus activos, es posible que se muestren reacios a invertir o prestarle dinero a la empresa. Esto puede dificultar el acceso de la empresa a financiamiento para sus operaciones y proyectos futuros.
- Pérdida de competitividad: Si una empresa no está monitoreando el valor de sus activos y no está al tanto de los cambios en el mercado y en la tecnología, es posible que se quede atrás de sus competidores. Si los competidores tienen activos más modernos y eficientes, pueden tener una ventaja competitiva sobre la empresa y afectar su posición en el mercado.
Grupo CPCON tiene una amplia experiencia y capacidades necesarias en el reconocimiento del valor de los activos, colaborando con empresas y entidades financieras en la realización de las pruebas de deterioro (impairment test) cumpliendo las especificaciones de las normativas internacionales y de cada país, pudiendo así aportar mayor confianza a los inversores, reguladores, auditores y a otros agentes externos.