Cada día surgen nuevas tecnologías para ayudar a las empresas de diversos sectores, así como a sus consumidores. Entre ellas, destaca la etiqueta RFID, especialmente cuando se utiliza para el control de existencias.
La identificación de productos para controlar las existencias es una actividad recurrente y común, tanto en las tiendas como en las fábricas. En otras palabras, las empresas del sector minorista, de los bienes de consumo o de los proveedores de servicios centrados en el desarrollo, las compras y la distribución necesitan tener un control eficaz de las existencias.
Así, para ayudar en la gestión de las existencias, han surgido nuevas tecnologías y, entre ellas, está el uso de etiquetas RFID para el control de las existencias. Éstas sustituyen cada vez más a los códigos de barras y a los códigos QR.
Sin embargo, la etiqueta RFID no sólo se utiliza en estos segmentos de negocio. Esta nueva tecnología se emplea en medios de transporte, peajes e instituciones robóticas y espaciales.
Las etiquetas RFID para el control de existencias forman parte del sistema de identificación por radiofrecuencia, también llamado sistema RFID. Este sistema, compuesto por etiquetas, antenas y lectores, utiliza ondas electromagnéticas. Y esto con el objetivo de acceder a todos los datos almacenados en un chip.
Así, el sistema RFID consiste en identificar productos y servicios de forma rápida y sencilla mediante la lectura y transmisión de información. Con esta tecnología, las empresas pueden hacer un seguimiento de sus productos e integrar los datos con otras plataformas.
Conozca más sobre las etiquetas RFID, cómo funciona esta tecnología y su importancia y ayuda en la logística de las empresas. Por lo tanto, vea la importancia de la etiqueta RFID para el control de existencias.
Índice de contenidos
Toggle¿Qué es la tecnología RFID?
La tecnología RFID, Identificación por Radiofrecuencia, se encarga de transmitir información por radiofrecuencia.
Esta tecnología tiene sus orígenes en la Segunda Guerra Mundial y a mediados de los años 40. Varios países, como Alemania, Estados Unidos, Japón e Inglaterra, utilizaron sistemas de radar para ayudar a identificar los aviones que se acercaban. Además, esta tecnología contribuyó a la comunicación por radio.
Con el paso del tiempo, el sistema RFID siguió el ritmo de los avances tecnológicos y, por tanto, también evolucionó.
Así, la RFID se ha hecho popular y se utiliza cada vez más en diversos segmentos. Todo ello se debe a su facilidad y capacidad de lectura a larga distancia, lo que culmina en una reducción de costes y menos residuos.
¿Cuáles son los principales componentes de un sistema RFID?
Con la tecnología RFID, la productividad y la rentabilidad de las empresas y los activos aumentan. Además de estos aspectos, la principal característica del sistema RFID es su estructura:
- Una antena encargada de transmitir la información al lector, mediante un circuito integrado;
- Lector o transceptor que recibe los datos de la antena y los convierte en ondas de radio;
- Etiqueta RFID o tag que contiene el circuito y la información que hay que transmitir y analizar.
Es decir, para que el sistema RFID cumpla su función de transmisión de datos e información, todo este equipamiento es imprescindible. Sin embargo, es en la etiqueta RFID donde se almacenan los datos, por lo que la etiqueta RFID para el control de existencias es esencial.
¿Qué es la etiqueta RFID?
Las etiquetas RFID se encargan de contener la información importante y esencial de un artículo. Así, estas etiquetas se aplican a diversos objetos, máquinas, envases o incluso seres vivos.
A través de estas etiquetas se almacenan y recuperan los datos remotos que afectan a la cadena de procesos. Al fin y al cabo, una etiqueta RFID emite una señal que contiene información sobre un activo a la que pueden acceder las partes interesadas.
¿Cómo funciona la RFID en un sistema de almacenamiento?
La etiqueta RFID forma parte del proceso entre la empresa, el producto y el cliente y es importante desde el momento en que se imprime.
Con este proceso, la etiqueta RFID para el control de existencias se ha convertido en una realidad para las empresas en su logística. Ya que, esta etiqueta está presente en el producto desde las existencias hasta la entrega al cliente final.
Al principio, cuando se envía el producto, se imprimen etiquetas RFID con su información y se colocan en las cajas de estos artículos.
Cuando el producto se vende, las cajas con ellos salen de las fábricas y van al almacén donde se leen las etiquetas RFID para identificar e introducir los productos en el sistema.
Son los lectores de RFID los que leen las etiquetas, todavía en el almacén, y llevan a cabo actividades relacionadas con la etiqueta RFID para el control de las existencias, como el seguimiento de los inventarios y la expedición del producto.
Cuando salen del almacén, con sus etiquetas RFID leídas, los lotes van al centro de distribución, y desde allí se separan para ir al cliente.
Así, la empresa puede seguir todo este ciclo y gestionar sus existencias y procesos hasta la entrega al cliente final, con etiquetas RFID. Y los clientes también pueden seguir la ruta del producto hasta su entrega a través de la información que ofrecen las etiquetas.
¿Cómo funcionan las etiquetas RFID?
Las etiquetas RFID también se conocen como etiquetas inteligentes. Así, una etiqueta inteligente es un dispositivo que las empresas introducen en artículos y seres vivos para identificarlos y asignarles información. Así, la función principal es la etiqueta RFID para el control de existencias.
Sin embargo, existen etiquetas inteligentes para otros fines ajenos a la gestión de existencias. Su objetivo es permitir que el cliente conozca la ubicación del objeto que desea, especialmente si éste se encuentra cerca.
Por lo tanto, las etiquetas inteligentes son el elemento principal del sistema RFID, ya que se encarga de recibir, transmitir y responder a las transmisiones.
¿Cuál es la tecnología utilizada en las etiquetas RFID?
Las dos tecnologías más utilizadas en las etiquetas RFIS son el microchip y el formato EPC. Así, su estructura básica es tener un microchip que emite ondas de radiofrecuencia, que las antenas RFID leen. Además de almacenar sus datos en la tecnología del formato EPC.
Microchip
Es en este microchip de las etiquetas RFID donde se almacena la información sobre un producto. Entre ellos están:
- Nombre del producto;
- Fecha de caducidad;
- Trama;
- Número de serie;
- Nombre de la empresa;
- Otra información relevante sobre el artículo.
Además de su capacidad de almacenamiento, el microchip también permite responder a la señal de radiofrecuencia con la información que contiene.
Formato EPC
Las etiquetas RFID almacenan datos en formato EPC, Código Electrónico de Producto. Esta tecnología fue creada por el Auto-ID Center para ser un sucesor del código de barras. Así, el EPC es un método de bajo coste para el seguimiento de las mercancías mediante la tecnología RFID.
Al igual que el código de barras, el EPC tiene un sistema numérico capaz de identificar los productos. Pero tiene una capacidad mucho mayor que su predecesor para añadir información específica, como el origen y el destino del producto.
Así, el EPC se almacena en una etiqueta RFID para transmitir la información en el momento en que un lector comprueba la etiqueta. Por lo tanto, el EPC acaba maximizando la tecnología RFID y promoviendo beneficios que eran inalcanzables con los códigos de barras.
Las ventajas del EPC para clientes y empresas
El EPC ayuda a las empresas a mejorar su eficiencia y también a beneficiar a los clientes de AP asegurando y entregando los productos, con rapidez y calidad.
En lo que respecta a los clientes, las etiquetas RFID no permiten que se les entreguen productos falsos. Porque los consumidores pueden controlar y seguir sus productos desde la compra.
Para las empresas, esta tecnología ayuda a transformar los procesos para mejorar la eficiencia y la etiqueta RFID se utiliza para el control de las existencias. Con la visibilidad de la cadena de procesos y sus productos, las empresas evitan la pérdida de valor debido a robos, pérdidas o falta de inventario. Al fin y al cabo, el EPC ayuda a las empresas a controlar las existencias y a gestionar mejor las solicitudes de nuevos productos.
Etiquetas RFID para supermercados
Hay muchos supermercados en Brasil y en el mundo, ya sean grandes, medianos o pequeños.
Así, debido a la competitividad entre las empresas de este sector, los supermercados necesitan hacer un buen uso de la tecnología. Y eso es poder sobrevivir y permanecer en un mercado tan competitivo.
Por lo tanto, una estrategia tecnológica que las cadenas de supermercados iniciaron en Estados Unidos y que llegó a Brasil es la etiqueta RFID para el control de las existencias del comercio minorista. En otras palabras, la aplicación de etiquetas RFID a los productos y artículos del mercado aumenta la estrategia competitiva de la empresa.
¿Qué aportan las etiquetas RFID a los supermercados?
Las etiquetas RFID, además de controlar y gestionar la cadena de suministro, pretenden reducir las colas y otros inconvenientes habituales en las cajas.
Además, también ayudan a los clientes con un carrito de la compra que tiene monitores. Estos muestran las ofertas del día y los productos que el cliente está comprando.
Por ello, las etiquetas RFID para supermercados también funcionan como etiquetas RFID para el control de existencias.
Es a través de ellos que el gerente del supermercado podrá controlar el movimiento de las existencias y de los comerciantes. Con esto, tendrá información e informes pertinentes sobre cuántos y qué productos necesita comprar al proveedor. Para que no falte ningún producto y no se gaste dinero en productos que no es necesario comprar en este momento.
El uso de etiquetas RFID para el supermercado y el objetivo de la etiqueta RFID para el control de existencias, crea eficiencia y buena relación con los proveedores y clientes. Con el fin de acercar el supermercado y ambos.
Además, el supermercado puede crear una base de datos que muestra todo su historial de compras. Para presentar todos los productos y cuáles necesitan más atención. Esto se traduce en la fidelidad de los clientes y en precios competitivos.
Amazon Go: Ejemplo de etiquetas RFID en supermercados
Amazon Go es una tienda física de la enorme tienda online de Amazon. Sin embargo, este supermercado se diferencia de otros en que no hay cajas registradoras ni colas.
Para ello, el cliente necesita tener la app de Amazon Go, elegir sus productos, recogerlos en la tienda y pagar a través de la propia app.
Así, las etiquetas RFID pueden detectar el momento en que los clientes retiran o devuelven los artículos del mercado a las estanterías. Además de hacer un seguimiento de estos productos en el carrito virtual del cliente.
Todos los productos llevan etiquetas RFID para controlar las existencias y garantizar la venta al cliente. Es en esta etiqueta que tendrá todos los datos e información del producto y que controlará la venta a través del dispositivo móvil de la persona.
¿Qué es una etiqueta RFID activa?
Las etiquetas RFID se dividen en función de su frecuencia y de su energización. Según la energización, se clasifican en pasivos y activos.
Las etiquetas RFID activas son las que tienen su propia fuente de energía. En otras palabras, esta etiqueta tiene una batería interna que permite largos intervalos de lectura y grandes espacios de memoria. Además, las etiquetas activas utilizan dos frecuencias principales, 433 MHz y 915 MHz.
Las etiquetas RFID pasivas, en cambio, no tienen una fuente de alimentación interactiva, ya que utilizan la radiofrecuencia del lector para alimentarse. Y todo ello para poder transmitir la información que contiene. Además, estas etiquetas RFID son reutilizables y adquieren nueva información.
Cualquiera de estas etiquetas tiene ventajas en su uso. Ya que, cualquiera de los dos trabaja con una distancia considerable entre ellos y los lectores. De modo que no es necesario ningún contacto ni campo visual para que se produzca esta lectura.
Además, las etiquetas RFID pueden leerse a través de diversos materiales y sustancias como el agua, el metal, la madera y los plásticos.
¿Cuál es la diferencia entre las etiquetas RFID activas y pasivas?
Las etiquetas RFID activas se centran en la lectura y la escritura, y se alimentan de una batería interna. Por lo tanto, al tratarse de una etiqueta que permite la grabación, esto significa que la información que contiene puede modificarse, reescribirse y escribirse en función de las necesidades de la empresa.
Además, estas etiquetas RFID tienen un mayor alcance de lectura, de forma que superan hasta los diez metros de distancia del lector. Sin embargo, debido a sus funcionalidades, suele ser más grande y más cara que la etiqueta pasiva.
La etiqueta RFID pasiva no tiene una batería interna, como la activa. Así, esta etiqueta RFID sólo se activa mediante un campo electromagnético emitido por el lector. Además, su alcance es menor, lo que hace que el lector tenga que ser más potente.
A diferencia de las etiquetas activas, las pasivas son más baratas, más pequeñas y más sencillas de utilizar. Sin embargo, ambas pueden utilizarse como etiquetas RFID para el control de existencias.
¿Cuánto cuesta una etiqueta RFID?
Para invertir en un sistema RFID completo, el empresario debe tener en cuenta el hardware, el software y la etiqueta.
La parte de hardware engloba los materiales que leerán la información de las etiquetas y su infraestructura. Es decir, antenas, lectores, wi-fi, portales y toda la infraestructura física. El software son los sistemas, con las licencias de lector y colector y las integraciones con los sistemas actuales de recogida de datos.
Por lo tanto, lo que más repercutirá en el valor total de la implantación de un sistema RFID son las etiquetas. Esto se debe a que existen numerosos tipos de etiquetas RFID, con diferentes variaciones en cuanto a materiales, memoria, clasificación y frecuencia.
De media, en Estados Unidos, una etiqueta RFID cuesta 25 céntimos, pero eso es cuando se compran más de un millón de ellas. En Brasil, cuando una empresa compra esta cantidad, el precio varía entre 80 céntimos y 1 dólar por etiqueta.
Sin embargo, el precio total incluirá todos los demás elementos del sistema RFID y su instalación. Además del tipo de etiqueta RFID elegida.
¿Cuáles son los tipos de etiquetas RFID?
Las etiquetas RFID pueden tener varios usos, por lo que también se diferencian según su uso:
- Utilización en paquetes o cajas: Pueden ser de diversas formas y materiales, pero hay que tener en cuenta el entorno. Además, este tipo de etiqueta RFID se recomienda cuando la identificación y trazabilidad de los productos es de suma importancia;
- Impreso en etiqueta: Este tipo de etiqueta RFID es cuando el proveedor la imprime y la coloca en el paquete que se envía al cliente. De este modo, tanto el cliente como el comerciante dispondrán de datos sobre el producto;
- Uso en el sector textil: Hay algunas etiquetas RFID que se adhieren a los productos y que ayudan en el proceso desde su fabricación en la fábrica hasta llegar al recuento del almacenista;
- Tarjetas de acceso: Por último, este tipo de etiquetas RFID se utilizan para controlar el acceso de personas y vehículos en aparcamientos y empresas. Ya sea con cerraduras, lecturas biométricas, torniquetes o puertas.
¿Qué tamaño tienen las etiquetas RFID?
El tamaño de las etiquetas RFID puede variar, pero en general son un objeto pequeño. Sólo sus formas y tamaños varían según la finalidad y el tipo de estas etiquetas.
Las etiquetas RFID para la identificación de animales suelen ser muy pequeñas, con un tamaño de 3 mm de diámetro y 10 mm de longitud. En cambio, para el control de acceso, estas etiquetas tienen el tamaño de una tarjeta de más de 5 cm de altura.
La etiqueta RFID más pequeña que existe fue desarrollada en 2007 por la empresa Hitachi. Los encuestados llamaron a esta etiqueta «tipo polvo» y eso es porque tiene un tamaño de 0,4 milímetros de diámetro y longitud.
¿Es una ventaja el uso de etiquetas RFID?
El uso de etiquetas RFID no sólo beneficia a las empresas, sino también a los clientes. Al fin y al cabo, con estas etiquetas los gestores pueden gestionar su cadena logística, controlar los documentos y los accesos, así como las líneas de montaje industrial.
Además, las etiquetas RFID permiten la identificación y trazabilidad de todos los productos, desde su origen hasta su entrega final.